Televisión

La huelga: ¿Lograrán los guionistas torcerle el brazo a Hollywood sin dañar a Netflix?

08-05-2023
La huelga de la WGA (Writers Guild of America) y sus más de seis mil autores de contenidos para cine y televisión de los Estados Unidos, la primera desde 2007, ha paralizado los programas en vivo y la producción de series y películas, incluyendo las de Netflix, Amazon, Apple y los estudios de Hollywood.

Más allá de una renegociación con aumentos salariales para los autores de programas de televisión, el reclamo incluye una exigencia esencial: que esos autores participen más en las ventas adicionales que generen los programas más exitosos de lo previsto utilizados por otros medios. Esto es además difícil de medir, a diferencia de la cantidad de espectadores que concurran a presenciar un largometraje cinematográfico.

Esta compensación adicional, en inglés residuals (residuales), sería una complicación grave para Netflix, cuyo negocio original era justamente un “residual”: contratar para online contenidos ya explotados en TV lineal. Otra consecuencia es que también sería exigida por las empresas productoras ‘independientes’ contratadas por las plataformas online para la realización de contenidos.

Hace ya cuatro años, en la conferencia SeriesManía realizada en Lille, Francia, Jan Mojto, CEO de la independiente Beta Film de Alemania, trató este tema con otras productoras europeas. Pero, en ese momento, fue a modo referencial, desde que las plataformas financian la mayoría de la producción para streaming en el mundo y eliminan el riesgo de fracaso a sus socias en cada iniciativa.

A diferencia de la industria cinematográfica, Netflix y sus competidorasse niegan a divulgar las cifras de visualización de sus contenidos y pagan sumas fijas a los productores cuando contratan ideas o contenidos para emitirlos online. Parrot Analytics y otras medidoras de actividad en Internet ofrecen datos de lo que se considera engagement (atención focalizada de los usuarios de redes sociales) pero nunca con la precisión que tiene el cómputo de entradas vendidas. Además, aparecería otro conflicto a partir del tiempo de visualización: si alguien mira durante un par de minutos y abandona la sintonía: ¿Eso cuenta o no cuenta para el pago de este ‘residual’? En publicidad digital, con un par de segundos ya se da ‘por visto’ un ‘spot’.

Otro tema reclamado por la WGA son las ‘mini rooms’: en lugar de un conjunto de guionistas que cobran por un resultado colectivo, en streaming se suele apelar a uno o dos guionistas básicos y luego subcontratar a otros para definir o perfeccionar el libro, con menor retribución económica: se les paga el mínimo salarial fijado por el acuerdo y por menos tiempo. Esto es una resultante de las temporadas más cortas: 6 a 8 episodios en lugar de los alrededor de los 24 por temporada utilizados en la TV lineal.

Si se aceptan las condiciones demandadas por los guionistas, se presentarán varias complicaciones, especialmente para Netflix, cuyo modelo actual de negocios no tiene en cuenta esta participación de terceros en su facturación bruta. Amazon y Apple no dependen del streaming para su subsistencia, porque utilizan la actividad como una gestión de marketing para sus otros negocios: la venta por internet de todo tipo de productos en el caso de Amazon, la de iPhones y computadores –a lo que se suma su creciente rol de multiagregador de streaming y el duopolio, con Google, del control de audiencias de publicidad—para Apple.

Una salida de este tipo sería además una confirmación de la astucia de David Zaslav, el CEO de Warner Bros Discovery, que siempre ha sido cauteloso en mantener una mejor relación entre TV paga lineal y streaming y ahora está ‘remodelando’ HBO Max, convirtiéndola en simplemente Max y reduciendo sus costos de producción y operativos en forma dramática.

Al momento, la definición de este conflicto es incierta y los daños a las partes involucradas son ya considerables. Es difícil evaluar si tanto los autores como los productores tienen la flexibilidad necesaria como para abandonar su posición anterior. Por otro lado, con cada día que pasa aumentan los perjuicios para ambas partes y el público pronto notará falta de novedades en las plataformas y podría aumentar la cancelación de suscripciones (“churn”).

 

MS

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