Santiago es la ciudad más inteligente de Latinoamérica

En el ranking global, encabezado por Londres, Nueva York y Ámsterdam, Santiago está ubicada en el puesto 66. De la región, siguen Buenos Aires, Argentina (77), Montevideo, Uruguay (92), San José, Costa Rica (112), Panamá, Panamá City (114) y Bogotá, Colombia (117).

Elaborado por el IESE Business School (Universidad de Navarra), el Cities in Motion Index considera diferentes aspectos que incluyen capital humano, cohesión social, economía, gobierno, movilidad y transporte, planeamiento urbano, alcance internacional y Tecnologías de la Información y la Comunicación (ICT).

Si bien no hay una explicación definitiva, las smart cities incorporan tecnología –principalmente ICT– para satisfacer las demandas de los ciudadanos, elevar la calidad de vida y los ambientes laborales y promover la innovación. Hacen un esfuerzo por ser sustentables en el tiempo y mantener o expandir las ventajas competitivas de sus sistemas de producción, así como la calidad del empleo.

En Latinoamérica, Santiago ha vencido a Buenos Aires por lograr una mejor evolución del planeamiento urbano y el entorno. Si bien la capital de Argentina ha conseguido buenos niveles en ambos aspectos, no ha podido sostener su nivel económico. La mayoría de las ciudades de la región, están debajo de la posición 100 en el ranking general, lo que se puede explicar por la gran concentración urbana y los mayores desafíos que deben enfrentar.

El planeamiento urbano está relacionado con la sustentabilidad, teniendo impacto en la calidad de vida de las personas en el mediano plazo y en los incentivos de inversión, ya que la falta de planeamiento genera aumento en los costos de logística y transporte, junto a otros aspectos. El entorno tiene que ver con los planes anti polución, el apoyo a los edificios verdes y a las energías alternativas, la administración eficiente del agua y la basura y las políticas para minimizar los efectos del cambio climático.

Chile ha desarrollado el proyecto Smartcity Santiago, que es el primer prototipo de una Smart City, diseñado para responder a la urbanización no planificada y a la necesidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes. Busca forjar un futuro basado en la innovación, los servicios, la sustentabilidad y el cuidado de los espacios públicos.